La importancia de sentirte como en casa... en tu trabajo
Trasladar la experiencia emocional del hogar al trabajo hace que las personas se sientan seguras de ser realmente ellas mismas y sean más productivas.
Es posible que, a diario, cuando salimos de casa para llegar al trabajo, sintamos que dejamos atrás esa sensación de calidez que sólo vuelve a nosotros ocho horas después, cuando hemos terminado los pendientes y regresamos al hogar. Pero, ¿qué pasaría si esa sensación fuera permanente? Es decir, ¿podemos llevar la casa al trabajo?
La idea no es nueva. En recientes años, las empresas han adecuado sus entornos con espacios parecidos a los que los empleados tienen en casa, como salas con sofás cómodos, pantallas o videojuegos, pero generalmente no producen tal efecto hogareño, básicamente porque éste no se basa únicamente en los objetos.
“La intención de trasladar la experiencia emocional del hogar a la oficina tiene como objetivo que las personas se sientan seguras de ser realmente ellas mismas y a la vez que cuenten con tareas y contribuciones específicas, algo que generalmente sólo sucede en nuestra vivienda”, afirma Mario Cantón, director de Customer Experience de Steelcase, líder global en investigación de entornos laborales. “Asimismo, los trabajadores buscan que sus colegas los tengan en una consideración positiva, que es como normalmente convivimos con nuestros familiares o compañeros de casa, lo que los empuja a querer ser mejores, más productivos”.
A decir del especialista, el principal obstáculo es que muchas compañías no comprenden que el hogar es tanto una experiencia emocional como física. Es decir, es más que sólo salas grandes y pantallas de Tv, porque el trabajo no es a donde vas, sino lo que haces, por lo que los mejores lugares laborales crean recuerdos, capturan eventos y cuentan historias.
“Como sucede con las tareas en el lugar donde vivimos —como la limpieza—: nos relajan porque nos sentimos mejor en un entorno limpio, pero a la vez nos responsabiliza. Así, en el ámbito profesional desempeñamos un papel, tenemos una labor significativa que nos da un propósito. Cuando somos valorados por lo que hacemos y reconocidos por ello, nos volvemos responsables, vemos cómo nuestra contribución es esencial para el negocio”, sostiene la Dra. Tracy Brower, directora del grupo de Consultoría en Investigación Aplicada en Steelcase.
Llevar el hogar al trabajo implica dar a las personas más opciones y control, como revela el estudio global “Engagement and the Global Workplace”, de Steelcase. Los lugares de trabajo que ofrecen diferentes opciones sobre dónde trabajan las personas, cuándo trabajan y cómo trabajan están en la idea correcta. Además, agrega Mario Cantón, es importante abogar por líderes que consoliden esas experiencias, comuniquen valores y refuercen el sentido de pertenencia, al tiempo que fomentan principios como la confianza y la seguridad.
Ahora sí, una vez que se ha planteado la importancia de las sensaciones, podemos pasar al terreno de los espacios, donde, más allá de ese esquema de sofás, pantallas o videojuegos, el diseño de los entornos debe propiciar no sólo la comodidad, sino la privacidad, el flujo de ideas, la socialización y el empoderamiento; esto a través de productos de inspiración residencial.
Al final del día, nuestra morada es un cálido capullo donde nos sentimos cómodos, somos valorados por lo que somos y tenemos responsabilidades para mantenerla en armonía. Y el trabajo debe ser eso: una casa.