Los salones de clase de hoy: dónde y cómo aprenden mejor los estudiantes
Expertos aseguran que sólo 10% del aprendizaje sucede en las aulas.
Es un hecho que la tecnología está cambiando la manera en que aprendemos y nos comunicamos. La nueva dinámica de la educación ha modificado la interacción entre maestros y alumnos, por lo que mientras que los docentes tratan de replantear la experiencia del aprendizaje, los espacios necesitan adaptarse para estar a tono con esa evolución.
Los salones de clase son sólo una de las áreas dentro de las escuelas que necesitan transformarse, pues según revela el trabajo de diseñadores y expertos de Steelcase, líder mundial en entornos que incentivan el desempeño y creatividad de las personas, 90% del aprendizaje sucede fuera de los salones de clase.
“Al tiempo que los estudiantes tienen más control sobre lo que requieren para aprender, los espacios que promueven la creatividad y actividades generativas son más necesarios. Esto requiere mayor movilidad dentro y fuera de los salones de clase, así como más espacios especiales para el aprendizaje”, explica Andrew Kim, experto de Steelcase WorkSpace Futures.
La visión tradicional de la educación centraba la atención en el conocimiento que los maestros pasaban a los alumnos, sin embargo, mucha de la información ya se encuentra disponible y con libre acceso a través de Internet y otras plataformas digitales. Este hecho hace indispensable que los profesores apalanquen la tecnología para crear un rol diferente dentro del proceso, que les permita convertirse en mejores educadores enfocados en impartir conocimiento, pero también como una guía hacia la resolución de problemas, comunicación y colaboración.
En ese sentido, los salones de clase, al compartir su función con otros sitios donde se consume conocimiento, deben centrarse en el aprendizaje activo y el uso de otras herramientas análogas que siguen vigentes, como pizarrones, papel, cuadernos, libros y demás recursos que fomentan otras habilidades básicas.Los salones de clase seguirán siendo relevantes en el aprendizaje y la formación de los líderes y creadores de las siguientes generaciones incorporando habilidades habilidades críticas como:
- Resiliencia
Las escuelas son la antesala que prepara a los profesionales y creadores de las organizaciones. Éstas necesitan personal que sea adaptable e intuitivo, por lo que en su educación las habilidades de resolución de problemas, análisis y autosuficiencia son básicas. Los salones de clase pueden incorporar esto al diseñar aulas resilientes, que se configuren de acuerdo con las necesidades y retos de los estudiantes.
- Cambio de paradigmas
En un mundo académico y laboral intensamente cambiante, la competencia debe estar marcada por la innovación disruptiva. Por ello, los profesionales de la docencia, así como los entornos educativos, deben procurar el pensamiento creativo con un alcance más allá de su contexto, que renueven las posibilidades de los jóvenes para idear nuevas maneras de percibir y mejorar su entorno.
- Colaboración entre personas y máquinas
Desde dispositivos hiperconectados, a la inteligencia artificial, todas las herramientas tecnológicas necesitan una incorporación más profunda, así como consciente en las habilidades sociales y académicas. Su correcto uso y la interacción entre los alumnos es vital para aprovechar su verdadero potencial, atendiendo no sólo a la formación académica, sino a otras problemáticas de la sociedad alrededor de su utilización.